Seguro que a ti también te regalaron algún diario en tu infancia y te invitaron a que fueras escribiendo allí todo lo que te pasaba, los pensamientos que tenías sobre lo que te pasaba y hasta cómo te hacía sentir todo aquello.
Pero, ¿a qué nunca nadie te invitó a escribir un diario del mañana? Un diario en el que imaginar cómo sería el día siguiente, lo que harías, cómo te atreverías a pedir a ese grupo de gente que te admitieran como amigo o amiga, cómo harías para solucionar el lío en el que te habías metido al contar aquel secreto o cómo saldrías airoso o airosa del examen de esa asignatura que peor se te daba?
Yo nunca escribí un diario, sólo dejé que la vida me fuera llevando. Tal vez tú tampoco has tenido nunca un “diario del mañana”, pero aún estás a tiempo de tenerlo. Un diario en el que ir proyectando cada día, en el que ir enseñando el camino que quieres a tu mente, el itinerario que seguirá al día siguiente, lo que dirá, lo que pensará, lo que sentirá, incluso dónde pondrá su atención. Y todo porque tú quieres y decides que sea así.
No todo será como lo imagines, claro. Surgirán imprevistos, aspectos que no habrás tenido en cuenta, personas y reacciones con las que no contabas…
Pero también te aportará tres grandes ventajas: la primera es que tu mente sólo tendrá que improvisar sobre ese pequeño porcentaje que no estaba escrito, lo que te permitirá un gran control sobre ella. La segunda es que a la noche tendrás un nuevo tiempo para incorporar todo lo aprendido sobre tus emociones, pensamientos, actitudes y acciones al día de mañana. La tercera que vivirás mucho más planificado y enfocado en tus metas.
Sólo necesitas 4 cosas:
- Un cuaderno con muchas hojas y que te inspire.
- Un bolígrafo ligero y con buena tinta.
- Un lugar tranquilo, lleno de energía positiva, en el que poder conectar con lo que eres y con la creatividad que hay en tu interior.
- Un tiempo de 15 minutos a media hora reservado para ti y para tu mañana.
Y a partir de ese momento, cásate con tu diario, establece una alianza indestructible, se fiel a él, no faltes nunca a tu cita, comprométete de manera total. En estos temas la lealtad se gratifica.
Cada tarde, cada noche o cada madrugada, siéntate frente a tu diario y escribe detalladamente todo lo que quieres hacer al día siguiente, cómo te sentirás, los miedos que vencerás, las limitaciones que superarás, cuáles serán tus pensamientos. No olvides describir también lo que verás, olerás, oirás, a tu alrededor. Cómo reaccionarán los que están contigo. Tómate la libertad de imaginar el día que deseas, tal y como lo deseas, constrúyelo para ti, hora por hora, minuto por minuto. Es tu tiempo, es tu vida.
Tu cerebro sabrá lo que quieres y se aliará contigo y tú te llenarás de fuerza e ilusión, y tendrás el día planificado.
Y ahora, sal a buscar tu cuaderno y tu bolígrafo. El mañana está esperando que le traces tu itinerario.